Hoy, en las semis de la Copa del Rey, el Athletic visita al Mirandés, el equipo que de un tiempo a esta parte se ha hecho más famoso en España precisamente por su trayectoria en este torneo. Probablemente esta noche, salvo los incondicionales del Bilbao, media España apoye al Mirandés.
Yo, particularmente, he sido siempre de equipos pequeños, de esos llamados sufridores ¿Por qué? Pues porque creo que tiene mucho más sentido. Cuando la victoria se convierte en una rutina o en una obligación, lo único que puede suceder es que se pase mal cuando llegue una derrota. Pero cuando no se da por sentada una victoria, se disfruta mucho más.
Este es el caso del equipo de Miranda del Ebro, que acabe donde acabe, ha triunfado, escribiendo otro capítulo en esa clásica historia de David y Goliat, queriendo demostrar una vez más que no es necesaria una gran alteración para cambiar el mundo, sino que muchos pequeños cambios pueden conseguirlo. Seguir leyendo